Hay mujeres que verdaderamente son unas adelantadas a su tiempo, e incluso al nuestro. Este es el caso de Elizabeth Jane Cochran, una gran mujer y una extraordinaria periodista, de «raza», como se suele de decir, que hizo Periodismo de Investigación (las mayúsculas no son casuales). Una joven de Pensilvania que escribió una carta al editor del Pittsburgh Dispatch, llevada por la indignación. Y como la carta era tan buena, ese mismo editor -que sería un machista pero no era tonto- la contrató como reportera.
Y a partir de ahí, ya todo es Historia. Elizabeth, trabajando con el seudónimo de Nellie Bly (por la famosa canción de Foster), fue una verdadera pionera. Se la recuerda por su viaje de Vuelta al Mundo, con el que batió el récord de los 80 días de Verne, y por reportajes arriesgados, como el que escribió tras vivir como infiltrada en un psiquiátrico femenino, sufriendo en primera persona el terrible trato que recibían allí las pacientes, para denunciarlo.
Como muchas otras mujeres de su tiempo, el matrimonio supuso para ella un parón en su carrera. Pero como, desgraciadamente, su marido murió a los pocos años, se incorporó de nuevo a su trabajo tras su fallecimiento, y siguió en primera línea los años del sufragismo y la I Guerra Mundial.
Nellie, o Elizabeth, o Pink -como también la llamaron- se ha convertido en un auténtico mito y un referente para las mujeres periodistas del mundo. Y para todas las demás.
Ella fue una soñadora y una luchadora. De las que aquí nos gustan tanto. En unos pocos pasos, ha llegado a ser un icono femenino y feminista. Tanto que hasta Google le hizo un Doodle (video embebido en este post) por su cumpleaños, y ella misma fue la inspiración de Karen O para una canción en su honor que es la BSO de esa pieza (venía de una canción y se convirtió en otra, qué ironía).
Porque Nellie Bly…
- Se enfadó y escribió una carta maravillosa, que la convirtió en periodista
- Se cambió el nombre, varias veces. Y siguió siendo ella misma
- Trabajó con Pulitzer y lo conquistó con su cerebro y su coraje
- Se fue de viaje por el mundo y volvió pronto, para contarlo
- Estaba tan loca que se hizo pasar por loca para denunciar una locura más grande
- Se casó -un poco- y, cuando había llorado a su rico y muerto marido, volvió a lo suyo.
- Se mezcló con aquellas grandes mujeres sufragistas a las que debemos tanto
- Estuvo en la Gran Guerra y escribió sobre las miserias del Frente del Este
- Siguió viva hasta que la neumonía pudo con ella, lo que ningún hombre había logrado
- Nos inspiró con sus palabras y con sus acciones. Eso que da tanta envidia
Me he dado cuenta, de que este sitio se está convirtiendo en oda a mujeres muertas. La semana que viene, escribiré sobre alguien que todavía respire, lo prometo.
Hasta la próxima entrada….