Sofía y el periodismo de no ser suficiente Lutosławski

Sofía Casanova es un Instituto de Secundaria de Ferrol, pero ya supondréis que también es el nombre de una mujer de suficiente talla como para ser merecedora de tal «honor». ¿Sabéis quién fue? Pues yo lo descubrí hace no hace demasiado y me enamoré de ella (como de tantas), y ahora lo voy a compartir con vosotros.

Sofía era una chica lista de finales del XIX que vino a Madrid desde su Galicia natal para estudiar. Aquí se «codeó» con intelectuales y otras malas compañías, siempre buscando fuentes de conocimiento. Fue una mujer especial y adelantada a su tiempo, pero no tanto como para no casarse al estilo de la época: entregando su vida y su destino a un hombre.

El «afortunado» era un diplomático polaco de apellido Lutoslawski, que se la llevó a recorrer el mundo. En esos viajes, Sofía fue testigo de algunos de los grandes acontecimientos de los primeros años del siglo XX y de la I Guerra Mundial.

Pero Lutoslawski no era trigo limpio, y su familia, tampoco. Sofía cometió el imperdonable pecado de tener solo niñas, así que la repudiaron y abandonaron a las 4 a su suerte. Para ellos, lo más importante era conservar su polaco y rancio apellido. Así que Wincenty las alejó de su vida: decidió no amarlas y olvidó cuidar a sus mujeres (a la que había elegido y a las que había engendrado), esos seres insignificantes.

Así que, empujada por la necesidad y bendecida por su talento, nuestra chica se puso manos a la obra y sacó a su familia adelante como reportera de Guerra (también fue enfermera en la Gran Guerra) y como escritora.

Siempre se declaró pacifista y anti-belicista (aunque creo que ambas cosas son casi lo mismo) y así lo dejó ver en su obra. Vivió una larga vida, no exenta de problemas y vicisitudes, siempre marcada por su condición de mujer sola que, si ahora no es una lucha fácil, en aquel tiempo era una auténtica odisea.  Siempre tuvo dificultades económicas y algunas físicas, quedando casi ciega en los años 30.

Murió en Polonia, muy anciana, con el recuerdo de la invasión Nazi y el exterminio siempre entre los más dolorosos, y eso es mucho decir en una vida como la suya.

Pues esta es nuestra amiga Sofía. Una valiente, inteligente y admirable mujer, de esas que nos hacen sentir orgullosas.  Ella reúne muchas de las características que comparten otras, del pasado y del presente, que son los espejos en los que debemos mirarnos nosotras, nuestras hijas y nuestras nietas, para seguir su estela:

  1. Viajera. Por el mundo y/o por su mente. Inquieta y a la búsqueda de información y de ideas
  2. Fuerte. Siempre protegiendo lo que le importaba y sacando adelante su vida
  3. Valiente. Afrontando los reveses y buscando soluciones en unos tiempos y un entorno hostil
  4. Tenaz. Siguiendo su camino y defendiendo su postura
  5. Orgullosa. De sus raíces, de su familia, de sus convicciones
  6. Hábil. Con la pluma y en la vida
  7. Inteligente. Culta, intelectual y lista
  8. Artista. Era poetisa y novelista, además de periodista
  9. Comprometida. Con su época y con su gente.
  10. Moderna. Sin más.

Ojalá esta señora os inspire tanto como a mí.

Hasta la próxima entrada

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