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Disparar con el corazón

Joana Biarnés fue la primera mujer que se definió oficialmente como reportera gráfica, lo que hoy llamamos fotoperiodista. Hija de un fotógrafo profesional dedicado a la fotografía deportiva, aprendió de él las bases del oficio y lo acompañó en los primeros años de su carrera, en Barcelona, donde nació y estudió – en la Escuela de Periodismo de la Ciudad Condal -.

Al principio tuvo dificultades para trabajar debido a su condición de mujer, algo especialmente difícil  en un mundo -el del deporte- que incluso hoy tiene tintes misóginos.  Imaginaos entonces.

Desde 1962 trabajó en Pueblo, tras venderles un reportaje titulado Cenicienta de pueblo, que encantó a Emilio Romero, que la contrató como fotógrafa de la edición madrileña del diario.

Y ahí empezó todo. Bearnés hizo fotografías de las grandes estrellas  de la música y el cine de la época. Es famoso su reportaje de The Beatles durante su visita a España.  Logró entrar en la habitación de su hotel en Barcelona, donde tuvo una sesión de nada menos que 3 horas con los integrantes del grupo de Liverpool. ¿Y sabéis qué pasó con aquellas fotos únicas? Pues que se las regaló a la revista Ondas, tras la negativa de Pueblo a publicarlas porque «solo tenían que cubrir la visita del grupo a Madrid» como única – e incomprensible- explicación.

Utilizó algunas argucias para conseguir sus propósitos. Se hizo pasar por la secretaria del bailarín Antonio para conseguir un reportaje de Rudolf Nureyev, y por la mujer de José Luis Navas para concertar una cita con Roman Polanski, con paella incluida. También fotografió a Pepa Flores, Sebastián Palomo Linares, Lucía Bosé, Serrat, Audrey Hepburn, El Cordobés y muchas otras figuras nacioales e internacionales de la época, como Sara Montiel, Sammy Davis Jr., Tom Jones o Cayetana de Alba.  Acompañó a Massiel a París a comprar su famoso vestido de Eurovisión y durante muchos años fue la fotógrafa de Raphael.

También cubrió historias como las inundaciones de Tarrasa de 1965 y, además de en Pueblo, trabajó en ABC, fichada por el propio Ansón.  Creó, con otros compañeros, la agencia Sincropress.

Pero en 1885 decidió dejar el periodismo fotográfico. No le gustaba el tono que tomaba la la llamada prensa rosa (ahora le saldrían sarpullidos, creo yo) y decidió cambiar de vida y dedicarse a su otra pasión: la cocina. En Ibiza abrió el restaurante cana Joana, que durante muchos años fue considerado uno de los mejores de las Illes Baleares y que también cerró unos años después. Murió en Barcelona el año pasado, a los 83 años.

Una profesional muy interesante, con una trayectoria espectacular y unas vivencias únicas. El vídeo embebido en este post (de la colección Imprescindibles de RTVE) es muy recomendable para ampliar información sobre ella y su trabajo, así como el libro Disparando con el Corazón que presentó en Madrid un año antes de su muerte.

Animo con entusiasmo a leer, saber y compartir más sobre esta y todas las mujeres que marcaron una época difícil de nuestro país, superando los obstáculos de la dictadura y la falsa moral de la época. Sacarlas a la luz (o rescatarlas de la oscuridad, según el caso) es casi un deber para las que tuvimos la suerte de nacer tras ellas, a las que tanto debemos.

Hasta la próxima entrada.